Patrullad las calles de Jerusalén, mirad bien y comprobad; buscad por todas sus plazas a ver si encontráis a alguien, uno siquiera que sea justo, que vaya tras la verdad, y yo lo perdonaré.
Conocéis, además, el momento especial en que vivimos: que ya es hora de despertar del sueño, pues nuestra salvación está ahora más cerca de nosotros que cuando empezamos a creer.
y lo que queda al descubierto, se convierte, a su vez, en luz. Por eso se dice: «Despierta tú que estás dormido, levántate de la muerte, y te iluminará Cristo».