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Referencias Cruzadas

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Cantares 2:8

La Palabra (versión española)

¡Es la voz de mi amor! Miradlo cómo viene, brincando por los montes, saltando por los cerros.

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19 Referencias Cruzadas  

Cuando el Arca del Señor entraba en la ciudad de David, Mical, la hija de Saúl, que estaba asomada a la ventana, vio al rey David saltando y bailando delante del Señor y sintió un profundo desprecio por él.

Mientras despunta el día y se esfuman las sombras, amor mío, vuélvete como corzo o cervatillo por las montañas de Béter.

¡Despierta, cierzo! ¡Ven aquí, ábrego! Oread mi jardín, que esparza sus aromas. Que venga mi amor a su jardín y coma de sus frutos exquisitos.

Yo dormía con el corazón en vela y escuché la voz de mi amor: —Ábreme, hermana y compañera mía, mi paloma sin defecto, que traigo la cabeza cubierta de rocío y los rizos mojados del relente nocturno.

Entonces saltará el cojo como el ciervo, la lengua del mudo cantará. Pues manarán aguas en la estepa, habrá torrenteras en el desierto;

Alégrate, cielo, que ha actuado el Señor; aclamad jubilosas, simas de la tierra. Prorrumpan los montes en alegría, el bosque y los árboles que contiene. El Señor ha rescatado a Jacob, despliega su gloria en Israel.

¡Qué grato es oír por los montes los pies del que trae buenas nuevas, que proclama la paz y el bienestar, que lanza el pregón de la victoria, que dice a Sion: «Tu Dios es rey»!

¿No te burlabas tú de Israel, como cuando a uno se le sorprende entre ladrones? ¿No movías burlona la cabeza cuando hablabas de Israel?

Alegraos y saltad de gozo cuando llegue ese momento, porque en el cielo os espera una gran recompensa. Así también maltrataron los antepasados de esta gente a los profetas.

Mis ovejas reconocen mi voz, yo las conozco y ellas me siguen.

La esposa pertenece al esposo. En cuanto al amigo del esposo, el que está junto a él, lo escucha y se alegra extraordinariamente al oír la voz del esposo. Por eso, en este momento mi alegría se ha colmado.

Le dijo entonces en voz alta: —¡Levántate y ponte derecho sobre tus pies! Él dio un salto y echó a andar.

se puso en pie de un salto y comenzó a andar. Luego entró con ellos en el Templo por su propio pie, saltando y alabando a Dios.

¿No ves que estoy llamando a la puerta? Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaré en su compañía.




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