Apocalipsis 5:13

La Palabra (versión española)

Y oí también que las criaturas todas del cielo y de la tierra, las que estaban debajo de la tierra y en el mar decían: —Alabanza, honor, gloria y poder por los siglos sin fin al que está sentado en el trono y al Cordero.

Referencias Cruzadas

1 Crónicas 29:11

Tuyos son, Señor, la grandeza, el poder, la gloria, el honor y la majestad, porque todo cuanto hay en cielo y tierra te pertenece, y ejerces el reinado y el dominio sobre todo.

Isaías 24:14

Algunos gritan alegres, cantan la grandeza del Señor, lo vitorean desde occidente,

Isaías 42:10

Cantad al Señor un cántico nuevo, llegue su alabanza a los confines de la tierra; lo ensalce el mar y cuanto hay en él, las islas y los que habitan en ellas.

Mateo 6:13

No nos dejes caer en tentación, y líbranos del maligno.

Lucas 2:14

—¡Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres que gozan de su favor!

Juan 1:29

Al día siguiente, Juan vio a Jesús que se acercaba a él, y dijo: —Ahí tenéis al Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.

Romanos 11:36

Él es origen, camino y meta de todas las cosas. ¡A él la gloria por siempre! Amén.

Romanos 16:27

a ese Dios, el único sabio, sea la gloria por siempre a través de Jesucristo. Amén.

Romanos 9:5

son suyos los patriarcas y de ellos, en cuanto hombre, procede Cristo, que es Dios sobre todas las cosas, bendito por siempre. Amén.

Efesios 3:21

a él sea la gloria en Cristo y en la Iglesia, de edad en edad y por generaciones sin término. Amén.

Filipenses 2:10

para que todos los seres, en el cielo, en la tierra y en los abismos, caigan de rodillas ante el nombre de Jesús,

Colosenses 1:23

Es necesario, sin embargo, que permanezcáis sólidamente firmes e inconmovibles en la fe y que no traicionéis la esperanza contenida en el evangelio que escuchasteis y que ha sido proclamado a todas las criaturas que se encuentran bajo el cielo, y del que yo, Pablo, me he convertido en servidor.

1 Timoteo 4:16

Cuida de ti y de la enseñanza; sé constante en lo que hagas, pues de esa manera te salvarás tú y salvarás a quienes te escuchen.

1 Pedro 4:11

El que habla, que comunique palabra de Dios; el que presta un servicio, hágalo consciente de que es Dios quien le da las fuerzas. Así, en todo lo que hagáis, Dios resultará glorificado por medio de Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el poder por siempre y para siempre. Amén.

1 Pedro 5:11

Suyo es el poder para siempre. Amén.

Judas 1:25

al Dios único que es nuestro Salvador, a él la gloria, la majestad, la soberanía y el poder, por medio de nuestro Señor Jesucristo, desde antes de todos los tiempos, ahora y por los siglos sin fin. Amén.

Apocalipsis 1:6

al que ha hecho de nosotros un reino y nos ha constituido sacerdotes para su Dios y Padre, a él la gloria y el poder por siempre. Amén.

Apocalipsis 13:8

Y todos los habitantes de la tierra, salvo los inscritos en el libro de la vida que tiene el Cordero degollado desde el principio del mundo, rendirán vasallaje a la bestia.

Apocalipsis 5:1

En la mano derecha del que estaba sentado en el trono vi un libro escrito por dentro y por fuera y sellado con siete sellos.

Apocalipsis 5:12

y proclamaban en un inmenso coro: —Digno es el Cordero degollado de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría, la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza.

Apocalipsis 5:3

Y nadie, ni en el cielo, ni en la tierra, ni en los abismos, podía desenrollar el libro y ni siquiera mirarlo.

Apocalipsis 5:6

Vi entonces, en medio, un Cordero que estaba entre el trono, los cuatro seres vivientes y los ancianos. Estaba en pie y mostraba señales de haber sido degollado. Tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra.

Apocalipsis 5:9

Y cantaban a coro este cántico nuevo: —Digno eres de recibir el libro y romper sus sellos, porque has sido degollado y con tu sangre has adquirido para Dios gentes de toda raza, lengua, pueblo y nación,

Apocalipsis 6:16

diciendo a cumbres y peñascos: —Caed sobre nosotros; ocultadnos para que no nos vea el que está sentado en el trono, para que no dé con nosotros la ira del Cordero.