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Referencias Cruzadas

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Apocalipsis 22:4

La Palabra (versión española)

contemplarán su rostro y llevarán su nombre grabado en la frente.

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18 Referencias Cruzadas  

Dios escuchará sus plegarias, podrá ver su rostro con alegría, pues le ha devuelto su integridad.

Pero yo, Señor, me he portado rectamente y por eso contemplaré tu rostro; al despertarme, me saciaré de tu imagen.

Muchos dicen: «¿Quién nos mostrará el bien?». ¡Extiende sobre nosotros la luz de tu rostro, Señor!

Estoy sediento de Dios, del Dios vivo, ¿cuándo llegaré a ver el rostro de Dios?

Tus ojos verán a un rey espléndido, podrán contemplar un país ilimitado.

florezca sin falta, que exulte con gritos de alegría! Le darán la gloria del Líbano, la majestad del Carmelo y el Sarón; podrán ver la gloria del Señor, también la majestad de nuestro Dios.

Aparecerá la gloria del Señor, y todo ser vivo podrá ver que ha hablado la boca del Señor».

El Señor me dirigió la palabra:

Felices los que tienen limpia la conciencia, porque ellos verán a Dios.

Si alguien quiere servirme, que me siga. Correrá la misma suerte que yo. Y todo el que me sirva será honrado por mi Padre.

Es mi deseo, Padre, que todos estos que tú me has confiado estén conmigo y contemplen mi gloria, la que me diste porque me amaste antes de que el mundo existiese.

Ahora vemos confusamente, como por medio de un espejo; entonces veremos cara a cara. Ahora conozco solo de forma limitada; entonces conoceré del todo, como Dios mismo me conoce.

Procurad estar en paz con todos y llevar una vida de consagrados; sin ello nadie verá al Señor.

Volví a mirar, y vi al Cordero de pie sobre el monte de Sion. Lo acompañaban los ciento cuarenta y cuatro mil que llevaban grabado en la frente el nombre del Cordero y el nombre de su Padre.

Al vencedor lo pondré de columna en el Templo de mi Dios, para que ya nunca salga de allí. Y grabaré sobre él el nombre de mi Dios, y grabaré también, junto a mi nombre nuevo, el nombre de la ciudad de mi Dios, la Jerusalén nueva, que desciende del trono celeste de mi Dios.

Les decía: —No causéis daño a la tierra, al mar o a los árboles hasta que marquemos en la frente a los servidores de nuestro Dios.




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