Apocalipsis 21:3

La Palabra (versión española)

Y oí una voz poderosa que decía desde el trono: —Esta es la morada que Dios ha establecido entre los seres humanos. Habitará con ellos, ellos serán su pueblo y él será su Dios.

Referencias Cruzadas

1 Reyes 8:27

Pero ¿puede Dios habitar realmente en la tierra? Si ni los cielos, en toda su inmensidad, pueden contenerte, ¿cómo podría hacerlo este Templo que he construido?

2 Crónicas 6:18

Pero ¿puede Dios habitar realmente en la tierra con los seres humanos? Si ni los cielos, en toda su inmensidad, pueden contenerte, ¿cómo podría hacerlo este Templo que he construido?

Éxodo 25:8

Me erigirán un santuario, y habitaré en medio de ellos.

Éxodo 29:45

Yo habitaré en medio de los israelitas y seré su Dios.

Isaías 12:6

Gritad, vitoread, habitantes de Sion, que es grande entre vosotros el Santo de Israel.

Jeremías 31:33

Esta es la alianza que voy a pactar con Israel después de aquellos días —oráculo del Señor—: Pondré mi ley en su interior, la escribiré en sus corazones y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.

Jeremías 32:38

Serán mi pueblo y yo seré su Dios.

Ezequiel 37:27

mi morada estará junto a ellos. Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.

Ezequiel 43:7

Me dijo: —Hijo de hombre, este es el lugar donde se asienta mi trono, el estrado de mis pies, donde voy a habitar para siempre en medio de los israelitas. Ni los israelitas ni sus reyes volverán a profanar mi nombre santo con su conducta inmoral y con los mausoleos que erigen tras la muerte de sus reyes.

Ezequiel 48:35

Por tanto, el perímetro medirá nueve mil metros. Y, de ahora en adelante, la ciudad se llamará: «El Señor está allí».

Zacarías 13:9

Haré pasar por el fuego a este tercio, lo purificaré como se hace con la plata y lo acrisolaré como se acrisola el oro. Me invocará y yo lo escucharé; yo diré: «Es mi pueblo»; y él responderá: «El Señor es mi Dios».

Zacarías 8:8

los traeré y habitarán Jerusalén; ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios, fiel y salvador.

Números 9:16

Así sucedía permanentemente: la nube cubría la Morada durante el día mientras que por la noche parecía como un fuego.

Juan 1:14

Y la Palabra se encarnó y habitó entre nosotros; y vimos su gloria, la que le corresponde como Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad.

Juan 14:23

Jesús le contestó: —El que me ama de verdad se mantendrá fiel a mi mensaje; mi Padre lo amará, y mi Padre y yo vendremos a él y haremos en él nuestra morada.

2 Corintios 6:16

¿Puede haber algo en común entre el templo de Dios y los ídolos? Pues nosotros somos templos de Dios viviente. Así lo ha dicho Dios mismo: Habitaré y caminaré en medio de ellos; yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.

2 Corintios 6:18

Seré padre para vosotros y vosotros seréis mis hijos e hijas, —dice el Señor todopoderoso.

1 Tesalonicenses 3:11

Que Dios, nuestro Padre, y Jesús, nuestro Señor, nos encaminen felizmente hasta vosotros.

Hebreos 11:16

Pero ahora suspiraban por una patria mejor, la patria celestial. Precisamente por eso, al haberles preparado una ciudad, no tiene Dios reparo en que lo llamen «su Dios».

Hebreos 8:10

Así que esta será —dice el Señor— la alianza que sellaré con Israel cuando llegue aquel día: inculcaré mis leyes en su mente y las escribiré en su corazón; yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.

Hebreos 8:2

que desempeña sus funciones en el santuario, en la verdadera Tienda de la presencia, construida no por seres humanos sino por el Señor.

Apocalipsis 10:4

y, una vez que resonaron los siete truenos, yo me dispuse a escribir. Pero una voz me dijo desde el cielo: —No escribas. Mantén en secreto las palabras de los siete truenos.

Apocalipsis 10:8

Y la misma voz que había escuchado desde el cielo, de nuevo me hablaba y me decía: —Vete y toma el libro que tiene abierto en su mano el ángel que está en pie sobre el mar y la tierra firme.

Apocalipsis 12:10

Y oí en el cielo una voz poderosa que decía: —Ya está aquí la salvación, el poder y el reino de nuestro Dios; ya está aquí la soberanía de su Cristo. Ha sido reducido a la impotencia el que día y noche acusaba a nuestros hermanos delante de nuestro Dios.

Apocalipsis 21:7

Al vencedor le reservo esta herencia: yo seré su Dios y él será mi hijo.

Apocalipsis 22:3

Allí no habrá ya nada maldito. Será la ciudad del trono de Dios y del Cordero, donde sus servidores le rendirán culto,

Apocalipsis 7:15

Por eso están ante el trono de Dios, rindiéndole culto día y noche en su Templo; y el que está sentado en el trono los protege.