Se dirigen al reino de los muertos cual rebaño al que la misma muerte pastorea. De mañana los someten los íntegros mientras su imagen se desfigura en el reino de los muertos; lejos de sus palacios.
como un cacharro de barro que se hace añicos sin remedio, entre los que no se encuentra un trozo con que recoger ascuas del rescoldo o sacar agua del pozo.
y les dirás: «Esto dice el Señor del universo: Así voy a romper a este pueblo y a esta ciudad, igual que el alfarero rompe un cacharro que ya no tiene arreglo; y serán enterrados en el Tófet, por no quedar lugares de enterramiento.
hasta que hizo su aparición el anciano para hacer justicia a los santos del Altísimo y llegaba el momento en que los santos tomaban posesión del reino.
[Y luego continuó:] —Mi Padre lo ha puesto todo en mis manos y nadie sabe quién es el Hijo, sino el Padre; y nadie sabe quién es el Padre, sino el Hijo y aquellos a quienes el Hijo quiera revelárselo.
Es mi deseo, Padre, que todos estos que tú me has confiado estén conmigo y contemplen mi gloria, la que me diste porque me amaste antes de que el mundo existiese.
Una espada afilada sale de su boca para herir con ella a las naciones, a las que gobernará con cetro de hierro; y se dispone a pisar el lagar donde rezuma el vino de la terrible ira de Dios, que es dueño de todo.