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Referencias Cruzadas

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Apocalipsis 2:14

La Palabra (versión española)

Pero tengo algunas quejas contra ti: y es que toleras ahí a los que siguen las enseñanzas de Balaán, el que aconsejó a Balac que indujese a los israelitas a comer de lo ofrecido a los ídolos y a entregarse a la lujuria.

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30 Referencias Cruzadas  

¡Allanad el camino, allanadlo y dejadlo expedito! Quitad obstáculos del camino de mi pueblo.

Por eso, así ha dicho el Señor: Pondré a este pueblo obstáculos, donde tropiecen padres e hijos, donde sucumban vecinos y amigos.

Si una persona honrada se desvía de su honradez y comete algo malo, haré que tropiece y morirá; como tú no le has puesto en guardia, morirá por su pecado y su honradez no será tenida en cuenta, pero a ti te pediré cuentas de su vida.

Por haber dado culto a los ídolos, siendo ocasión de pecado para la comunidad israelita, juro solemnemente —oráculo del Señor Dios— que tendrán que cargar con su culpa.

Ahora regreso a mi tierra, pero antes quiero anunciarte lo que el pueblo de Israel hará con el tuyo en el futuro.

Fueron precisamente ellas las que, por consejo de Balaán, incitaron a los israelitas a rebelarse contra el Señor dando culto a Baal-Peor, lo que provocó que el castigo se abatiera sobre la comunidad del Señor.

Entre los muertos estaban también los cinco reyes de Madián: Eví, Requén, Zur, Jur y Rebá. También pasaron a espada a Balaán, hijo de Beor.

¡Ay del mundo a causa de los que incitan al pecado! Porque instigadores de pecado tiene que haberlos necesariamente; pero ¡ay de aquel que incite a pecar!

abstenerse de lo que haya sido sacrificado a los ídolos, no comer carne de animales ahogados, no alimentarse de sangre, y no cometer ninguna clase de inmoralidad sexual. Haréis bien en prescindir de todo esto. Quedad con Dios».

En lo concerniente a los no judíos que han abrazado la fe, en su día les comunicamos por escrito nuestra decisión, a saber, que se abstengan de comer carne ofrecida a los ídolos o procedente de animales ahogados, y que se abstengan también de alimentarse de sangre y de cometer cualquier clase de inmoralidad sexual.

David, por su parte, añade: Que su misma prosperidad se les convierta en trampa donde queden atrapados, en ocasión de ruina y de castigo;

Por tanto, dejemos ya de criticarnos unos a otros. Proponeos, más bien, no ser para el hermano ocasión o motivo de pecado.

Más vale, pues, que te abstengas de carne, de vino o de cualquier otra cosa, antes que poner a tu hermano en trance de pecar.

¿Por qué? Pues porque, al prescindir de la fe y apoyarse en el valor de las propias acciones, terminaron por tropezar en aquella piedra

nosotros anunciamos a Cristo crucificado, que para los judíos es una piedra en que tropiezan y para los paganos es cosa de locos.

Ante el peligro de la lujuria, que cada uno tenga su mujer, y cada mujer su marido.

Que todos respeten el matrimonio y mantengan limpia su vida conyugal, pues Dios juzgará con severidad a los adúlteros y lujuriosos.

Balac, hijo de Zipor, que era a la sazón rey de Moab, se propuso pelear contra Israel. Al efecto mandó llamar a Balaán, hijo de Beor, para que os maldijera.

en piedra de tropiezo, en roca donde uno se estrella. Y, efectivamente, en ella tropiezan los que no aceptan el mensaje; tal es su destino.

Han abandonado el buen camino y se han extraviado, siguiendo el ejemplo de Balaán, hijo de Bosor, que buscó una recompensa inicua.

¡Ay de ellos! Han seguido las huellas de Caín, se entregaron por dinero al extravío de Balaán y sucumbieron en la rebelión de Coré.

Pero tengo que reprocharte el que toleras a Jezabel, esa mujer que se las da de profetisa y que anda seduciendo con sus enseñanzas a mis servidores, incitándolos a vivir en la lujuria y a comer de lo ofrecido a los ídolos.

Pero tengo una queja contra ti, y es que has dejado enfriar tu primer amor.

Pero los cobardes, los incrédulos, los depravados, los asesinos, los lujuriosos, los hechiceros, los idólatras y todos los embaucadores están destinados al lago ardiente de fuego y azufre, es decir, a la segunda muerte.

Fuera, en cambio, quedan los depravados, los hechiceros, los lujuriosos, los asesinos, los idólatras y todos cuantos hacen de la mentira el programa de su vida.




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