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Referencias Cruzadas

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Apocalipsis 12:12

La Palabra (versión española)

¡Alegraos, por tanto, cielos, y quienes en ellos tenéis vuestra morada! Temblad, en cambio, vosotros, tierra y mar, porque el diablo ha bajado hasta vosotros ebrio de furor, sabiendo que es corto el tiempo con que cuenta.

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18 Referencias Cruzadas  

Alégrate, cielo, que ha actuado el Señor; aclamad jubilosas, simas de la tierra. Prorrumpan los montes en alegría, el bosque y los árboles que contiene. El Señor ha rescatado a Jacob, despliega su gloria en Israel.

Festéjalo, cielo; alégrate, tierra. Estallad, montes, en aclamaciones, que el Señor consuela a su pueblo, tiene compasión de sus desgraciados.

Pues yo os digo que, igualmente, se alegran los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta.

—¡Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres que gozan de su favor!

Falta poco, muy poco, para que venga sin retrasarse el que ha de venir.

De cualquier modo, queridos, no debéis olvidar que, para el Señor, un día es como mil años, y mil años como un día.

y pronunció este juramento: —Por el que vive por siempre y para siempre; por el que creó el cielo, la tierra, el mar y cuanto en ellos se contiene, juro que el plazo se ha cumplido

Mientras tanto, se desbordará el júbilo y la alegría de los habitantes de la tierra por su muerte. Hasta se harán regalos unos a otros, ya que aquellos dos profetas les habían amargado la existencia.

Atrás ha quedado la segunda calamidad, pero la tercera está a las puertas.

Así que aquel enorme dragón, es decir, la antigua serpiente, la que tiene por nombre Diablo y Satanás, la que continuamente está seduciendo al mundo entero, fue precipitado a la tierra junto con sus ángeles.

Y así lo hizo: profirió blasfemias contra Dios, contra su nombre y su santuario, y contra los que habitan en el cielo.

¡Alégrate, cielo, al contemplarla, y vosotros también, los consagrados a Dios, los apóstoles y los profetas, porque Dios ha vengado en ella vuestra causa!

Miré entonces, y pude oír cómo un águila que volaba por lo más alto del cielo gritaba con voz poderosa: —¡Ay, ay, ay de los habitantes de la tierra! ¿Qué va a ser de ellos cuando suenen las trompetas de los tres ángeles restantes, que ya se disponen a tocarlas?

Pasó la primera calamidad; pero he aquí que otras dos le vienen a la zaga.




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