Biblia Todo Logo
Referencias Cruzadas

- Anuncios -




Apocalipsis 1:11

La Palabra (versión española)

que ordenaba: —Escribe en un libro todo lo que veas y envíalo a estas siete iglesias: a Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardes, Filadelfia y Laodicea.

Ver Capítulo Copiar

37 Referencias Cruzadas  

Ve ahora y lo escribes en una tablilla, lo grabas en un rollo de cobre; que sirva para el mañana como testimonio perpetuo.

—Así dice el Señor, Dios de Israel: Pon por escrito todo lo que te he dicho,

Y el Señor me respondió: Escribe lo que has visto, consígnalo en unas tablillas para que pueda leerse de corrido.

Una de ellas, llamada Lidia, procedía de Tiatira y se dedicaba al negocio de la púrpura; era, además, una mujer que rendía culto al verdadero Dios. Mientras se hallaba escuchando, el Señor tocó su corazón para que aceptara las explicaciones de Pablo.

Llegó por entonces a Éfeso un judío llamado Apolo, natural de Alejandría, hombre elocuente y muy versado en las Escrituras.

No obstante, desde Mileto Pablo mandó llamar a los dirigentes de la iglesia de Éfeso.

Y si solo aspiro a una recompensa humana, ¿de qué me sirve haber sostenido en Éfeso un combate contra fieras? Si los muertos no resucitan, ¡comamos y bebamos, que mañana moriremos!

Por el momento, me quedaré en Éfeso hasta Pentecostés,

Pablo, apóstol de Jesucristo por designio de Dios, a los miembros del pueblo de Dios que residen en Éfeso y creen en Cristo Jesús.

Y ahora, escribid este cántico, enseñádselo a los israelitas y haced que lo reciten, para que sea un testimonio contra ellos.

Porque quiero que sepáis la dura lucha que sostengo por vosotros, por los de Laodicea y por tantos otros que no me conocen personalmente.

Cuando partí para Macedonia, te pedí que permanecieras en Éfeso para hacer frente a esos que andan enseñando extrañas doctrinas

Apenas lo vi, caí fulminado a sus pies; pero él me tocó con su mano derecha y me dijo: —No temas; yo soy el primero y el último.

Escribe, pues, lo que has visto, lo que está sucediendo y lo que sucederá después.

Y Juan es testigo de que todo lo que ha visto es palabra de Dios y testimonio de Jesucristo.

En cuanto al misterio de las siete estrellas que has visto en mi mano derecha y de los siete candeleros de oro, las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias y los siete candeleros son las siete iglesias.

Juan a las siete iglesias de la provincia de Asia. Gracia y paz de parte del que es, del que era y del que está a punto de llegar; de parte de los siete espíritus que rodean su trono,

«Yo soy el Alfa y la Omega —dice el Señor Dios— el que es, el que era y el que está a punto de llegar, el dueño de todo».

y, una vez que resonaron los siete truenos, yo me dispuse a escribir. Pero una voz me dijo desde el cielo: —No escribas. Mantén en secreto las palabras de los siete truenos.

Y oí una voz que decía desde el cielo: —Escribe esto: «Dichosos desde ahora los muertos que mueren en el Señor. El Espíritu mismo les asegura el descanso de sus fatigas, por cuanto sus buenas obras los acompañan».

Alguien me dijo: —Escribe: «Dichosos los invitados al banquete de bodas del Cordero». Y añadió: —Palabras verdaderas de Dios son estas.

Escribe al ángel de la iglesia de Éfeso: Esto dice el que tiene las siete estrellas en su mano derecha y se pasea entre los siete candeleros de oro:

Escribe al ángel de la iglesia de Pérgamo: Esto dice el que tiene la espada cortante de dos filos:

Escribe al ángel de la iglesia de Tiatira: Esto dice el Hijo de Dios, el que tiene los ojos como llama de fuego y los pies semejantes a bronce en fundición:

A los demás que vivís en Tiatira sin haberos contaminado con esa doctrina —la de los secretos de Satanás, según la llaman—, ninguna otra obligación voy a imponeros.

Escribe al ángel de la iglesia de Esmirna. Esto dice el primero y el último, el que murió, pero ha vuelto a la vida:

El que estaba sentado en el trono anunció: —Voy a hacer nuevas todas las cosas. Y añadió: —Palabras verdaderas y dignas de crédito son estas. ¡Escríbelas!

Y añadió: —No mantengas en secreto el mensaje profético de este libro, pues la hora definitiva está al caer.

Yo, Jesús, he enviado a mi ángel a cada una de las iglesias para que sea testigo de todos estos acontecimientos. Yo que soy vástago y estirpe de David y astro radiante de la mañana.

Escribe al ángel de la iglesia de Sardes: Esto dice el que tiene los siete espíritus de Dios y las siete estrellas: —Conozco tu comportamiento y, aunque alardeas de estar vivo, sé que estás muerto.

Escribe al ángel de la iglesia de Laodicea: Esto dice el Amén, el testigo fiel y veraz, el que está en el origen de la obra creadora de Dios:

Bien es verdad que ahí, en Sardes, viven contigo unos cuantos de conducta irreprochable; un día me acompañarán vestidos de blanco, porque así lo han merecido.

Escribe al ángel de la iglesia de Filadelfia: Esto dice el Santo, el Veraz, el que tiene la llave de David, el que, cuando abre, nadie puede cerrar y, cuando cierra, nadie puede abrir:




Síguenos en:

Anuncios


Anuncios