Abner se enfadó mucho por aquella pregunta de Isbóset y le contestó: —¿Acaso me tomas por un perro judaíta? He trabajado fielmente con la casa de Saúl, tu padre, con sus hermanos y amigos, y no te he entregado en poder de David, ¿y ahora me echas en cara un delito con esa mujer?
Jazael objetó: —¿Quién soy yo, sino un perro, para llevar a cabo tales hazañas? Pero Eliseo le dijo: —El Señor me ha revelado que tú serás rey de Siria.
Que no caiga, pues mi sangre por tierra, lejos de la presencia del Señor, ya que el rey de Israel ha salido en busca de una simple pulga, como si fuese a cazar una perdiz en el monte.