Los amonitas comprendieron que habían provocado a David y enviaron a contratar como mercenarios a veinte mil soldados arameos de Bet Rejob y de Sobá, a mil hombres del rey de Maacá y doce mil hombres de Tob.
Que los egipcios son hombres, no dioses; y sus caballos, carne y no espíritu. El Señor va a extender su mano: tropezará el auxiliador, caerá el auxiliado, los dos juntos serán aniquilados.