También derrotó a Moab; los tumbó en el suelo y los midió a cordel: por cada dos condenados a muerte, dejaba a uno con vida. Moab quedó sometido a David como vasallo tributario.
Sacó también a la gente que había en la ciudad y la puso a trabajar con sierras, picos y hachas o a fabricar ladrillos. Y lo mismo hizo con todas las ciudades amonitas. Después David regresó con todo el ejército a Jerusalén.
Luego David puso gobernadores sobre los arameos de Damasco, que le quedaron sometidos como vasallos tributarios. Y el Señor hacía triunfar a David en todas sus campañas.
No hagáis caso a Ezequías, pues esto dice el rey de Asiria: “Haced la paz conmigo y rendíos a mí; de esta manera cada cual podrá seguir comiendo los frutos de su parra y de su higuera; y podrá seguir bebiendo agua de su pozo,
Lo que veo, no sucederá enseguida; lo que contemplo, no está cercano: una estrella sale de Jacob, un rey surge en Israel que aplastará las sienes de Moab, el cráneo de todos los hijos de Set.
Después de asumir la realeza sobre Israel, Saúl combatió contra todos los enemigos de alrededor: Moab, los amonitas, Edom, los reyes de Sobá y los filisteos, venciendo en todas sus campañas
Luego marchó a Mispá de Moab y le dijo al rey de Moab: —Deja que mi padre y mi madre se queden con vosotros hasta que yo sepa lo que Dios quiere de mí.