Entonces Abner envió unos mensajeros a proponer en su nombre a David: —¿De quién es el país? Haz un pacto conmigo y yo te ayudaré a poner a todo Israel de tu parte.
¡Bendito sea el Señor, tu Dios, que ha tenido a bien ponerte en el trono de Israel y, por el amor eterno a su pueblo, te ha designado rey para garantizar la justicia y el derecho!
Después de asumir la realeza sobre Israel, Saúl combatió contra todos los enemigos de alrededor: Moab, los amonitas, Edom, los reyes de Sobá y los filisteos, venciendo en todas sus campañas