Y por si te pareciera poco, Señor Dios, te has referido además a la dinastía de tu siervo para el futuro, como si se tratase de una ley humana, mi Señor.
Yo te entregué la casa de tu señor y puse sus mujeres en tus brazos; te entregué las tribus de Israel y de Judá y, por si esto fuera poco, pensaba darte aún mucho más».
Y por si te pareciera poco, oh Dios, te has referido a la dinastía de tu siervo para el futuro y me has tratado como a una persona importante, Dios, Señor.
¿Os parece poco el delicioso pasto en el que pastáis, que encima pisoteáis el resto de vuestros pastos? ¿Os parece poco el caudal de agua en el que abreváis, que encima enturbiáis con vuestros pies el agua restante?
¿No es suficiente que nos hayas sacado de una tierra que mana leche y miel para hacernos morir en el desierto, que ahora pretendes también enseñorearte de nosotros?
¿no os parece suficiente que el Dios de Israel os haya elegido de entre la comunidad de Israel, permitiendo que os acerquéis a él, que estéis al servicio de la Morada del Señor y que representéis a la comunidad oficiando en su lugar?
Respondió el interpelado: —Yo soy el jefe del ejército del Señor y acabo de llegar. Cayó Josué rostro en tierra, lo adoró y le preguntó: —¿Qué manda mi Señor a su siervo?