El Señor se alzará como en el monte Perasín, se excitará como en el valle de Gabaón para realizar su obra, su obra inaudita, para hacer su tarea, su tarea singular.
Como ciudad de asilo para los homicidas, se les asignó Siquén, en la montaña de Efraín, con sus correspondientes lugares de pasto. Además, les correspondieron: Guécer,