Y aquel día todo el pueblo y todo Israel quedaron convencidos de que el rey no había tenido nada que ver en el asesinato de Abner, el hijo de Ner.
Simeí lo maldecía diciendo: —¡Vete, vete, asesino despiadado!
Cuando la gente se enteró, a todos les pareció bien, como todo lo que hacía el rey.
El rey dijo a sus servidores: —Habréis de saber que hoy ha caído en Israel un gran jefe.
y el Señor le hará responsable de haber matado a dos hombres más justos y mejores que él: Abner, el hijo de Ner, capitán del ejército de Israel, y Amasá, el hijo de Jéter, capitán del ejército de Judá, a quienes asesinó sin que mi padre lo supiese.
el de la otra mitad de Manasés en Galaad, Jidó, hijo de Zacarías; el de Benjamín, Jasiel, hijo de Abner;
Su mujer se llamaba Ajinoán, hija de Ajimás; y el general de su ejército se llamaba Abner, hijo de Ner, tío de Saúl.