Así está mi casa junto a Dios, pues ha sellado conmigo una alianza eterna, estipulada al detalle y respetada. Él me da la victoria completa y cumple todos mis deseos.
Absalón ordenó a sus criados: —Fijaos bien: cuando Amnón se ponga alegre con el vino y yo os ordene que lo ataquéis, lo matáis. No tengáis miedo, pues soy yo quien os lo ordeno. Tened ánimo y valor.
Joab le contestó: —¡No quiero seguir perdiendo el tiempo contigo! Echó mano a tres flechas y las clavó en el corazón de Absalón, que todavía colgaba vivo de la encina.
Entonces el rey David entró a presentarse ante el Señor y dijo: —¿Quién soy yo, Señor Dios, y qué es mi familia para que me hayas hecho llegar hasta aquí?
Si obedeces mis órdenes, sigues mis caminos y te comportas rectamente, guardando mis leyes y mandatos, como hizo mi siervo David, yo estaré contigo, te garantizaré una dinastía estable, como la garanticé a David y te entregaré a Israel.
y les habló siguiendo el consejo de los jóvenes: —Mi padre os impuso un yugo insoportable, pero yo aumentaré vuestra carga. Mi padre os castigó con azotes, pero yo os castigaré a latigazos.
Una sola cosa pido al Señor, solo esto quiero: sentarme en la casa del Señor todos los días de mi vida, contemplar la gracia del Señor y frecuentar su Templo.
Aunque se muevan las montañas y se vengan abajo las colinas, mi cariño por ti no menguará, mi alianza de paz se mantendrá dice el Señor, que te quiere.
también podrá romperse mi alianza con mi siervo David, de modo que ya no tenga quien le suceda en el trono, y con mis servidores los sacerdotes de la tribu de Leví.
Haré con ellos una alianza de paz, que será para ellos una alianza eterna, y haré que se multipliquen. Pondré mi santuario en medio de ellos para siempre;
Que Dios lo resucitó de la muerte, de modo que jamás pueda ya experimentar la corrupción, está así afirmado en la Escritura: Os cumpliré las firmes promesas que hice a David.
Que el Dios de la paz, el que resucitó de entre los muertos a Jesús, nuestro Señor, y lo constituyó supremo pastor del rebaño mediante la sangre de una alianza eterna,
Yo designaré un sacerdote fiel que actúe conforme a mi criterio y mi voluntad. Le proporcionaré una familia estable y vivirá siempre al servicio de mi ungido.
Te ruego disculpes la falta de esta sierva tuya, porque el Señor va a construirte una casa estable, pues mi señor combate las guerras del Señor y ninguna desgracia te alcanzará en toda tu vida.