Estas son las últimas palabras de David: Oráculo de David, hijo de Jesé, oráculo del hombre encumbrado, ungido del Dios de Jacob, favorito de los cantos de Israel.
El séptimo ángel tocó la trompeta, y se oyeron en el cielo voces poderosas que proclamaban: —A nuestro Señor y a su Cristo pertenece el dominio del mundo, y lo ejercerá por siempre y para siempre.