adiestra mis manos para la guerra y mis brazos para tensar el arco de bronce.
Aunque evite el arma de hierro, la flecha de bronce lo traspasará;
Bendito sea el Señor, mi fortaleza, que adiestra mi mano para el combate, mis dedos para la guerra.
Hasta sus confines detiene las guerras, rompe el arco, quiebra la lanza, destruye en el fuego los carruajes.
Pero romperé el arco que empuñas con la mano izquierda y haré que caigan al suelo las flechas que sujetas con la derecha.
David le respondió: —Tú vienes contra mí armado de espada, lanza y jabalina; yo voy contra ti en nombre del Señor del universo, el Dios de las huestes de Israel, a quien tú has desafiado.