2 Samuel 22:3

La Palabra (versión española)

es mi Dios, la fortaleza en que me resguardo; es mi escudo, mi refugio y mi defensa; el salvador que me libra de los violentos.

Referencias Cruzadas

Génesis 15:1

Después de estos sucesos, el Señor habló a Abrán en una visión y le dijo: —No temas, Abrán, yo soy tu escudo, y muy grande va a ser tu recompensa.

2 Samuel 22:31

El camino de Dios es perfecto, la palabra del Señor, exquisita; es un escudo para los que en él confían.

2 Samuel 22:47

¡Viva el Señor! ¡Bendita sea mi Roca! Sea ensalzado Dios mi salvador,

2 Samuel 22:49

quien me libra de mis enemigos. Tú me encumbras sobre mis adversarios, me proteges de los violentos.

2 Samuel 22:51

Él acrecienta las victorias de su rey y se mantiene fiel a su ungido, a David y a su descendencia para siempre.

2 Samuel 23:3

El Dios de Israel ha hablado, la Roca de Israel me ha dicho: «Quien gobierna a los humanos justamente, el que los gobierna respetando a Dios,

Salmos 14:6

Quisisteis frustrar el proyecto del humilde, pero el Señor es su refugio.

Salmos 140:1

Señor, líbrame del malvado, sálvame de los violentos,

Salmos 140:11

Que quien calumnia no perdure en la tierra, que la desgracia golpee al violento sin cesar.

Salmos 140:4

Señor, guárdame de la garra del malvado, sálvame de los violentos, los que traman hacerme caer.

Salmos 142:4

Mira a la derecha, observa: no hay nadie que me conozca; me he quedado sin refugio, no hay quien cuide de mí.

Salmos 144:2

Él es mi bien, mi baluarte, mi defensa y quien me salva; el escudo que me sirve de refugio, el que me somete a mi pueblo.

Salmos 18:2

El Señor es mi bastión, mi baluarte, el que me salva; mi Dios es la fortaleza en que me resguardo; es mi escudo, mi refugio y mi defensa.

Salmos 27:5

Me resguardará en su cabaña en el tiempo adverso, me protegerá al abrigo de su Tienda, me alzará sobre una roca.

Salmos 28:7

El Señor es mi fortaleza y mi escudo, en él mi corazón confía. Me ha socorrido y estoy alegre, con mis cantos le doy gracias.

Salmos 3:3

Pero tú, Señor, eres mi escudo, mi gloria, quien me enaltece.

Salmos 32:7

Tú eres para mí un refugio, tú me proteges de la angustia y me rodeas de cantos de salvación. [Pausa]

Salmos 46:1

Es Dios nuestro refugio y fortaleza, es ayuda constante en la desgracia.

Salmos 46:11

El Señor del universo está con nosotros, el Dios de Jacob es nuestro baluarte. [Pausa]

Salmos 46:2

Por eso no tememos si la tierra tiembla, si se desmoronan los montes en medio del mar,

Salmos 46:7

El Señor del universo está con nosotros, el Dios de Jacob es nuestro baluarte. [Pausa]

Salmos 5:12

porque tú, Señor, bendices al justo y tu bondad lo rodea como escudo.

Salmos 55:9

Tú, mi Señor, destrúyelos, haz que su lengua se confunda, porque he visto violencia y discordia en esta ciudad.

Salmos 59:16

Pero yo cantaré tu poder, al alba aclamaré tu amor, porque tú eres mi refugio, mi fortaleza en la angustia.

Salmos 61:3

porque tú eres para mí un refugio, una fortaleza frente al enemigo.

Salmos 71:7

He sido para muchos un prodigio, y tú, para mí refugio seguro.

Salmos 72:14

los librará del engaño y la violencia porque estima mucho sus vidas.

Salmos 84:11

Porque Dios, el Señor, es sol y escudo, el Señor otorga gracia y gloria; él no niega bien alguno a quien camina con rectitud.

Salmos 84:9

Dios, escudo nuestro, mira, contempla el rostro de tu ungido.

Salmos 86:14

Oh Dios, los arrogantes me atacaban, gente violenta buscaba mi muerte sin tenerte a ti presente.

Salmos 9:10

En ti confían los que conocen tu nombre pues tú, Señor, no abandonas a quien te busca.

Salmos 9:9

Sea el Señor refugio del oprimido, refugio en tiempo de angustia.

Éxodo 15:2

El Señor es mi fortaleza y mi refugio, él fue mi salvación. Él es mi Dios, por eso lo alabaré; es el Dios de mi padre, por eso lo ensalzaré.

Proverbios 18:10

El nombre del Señor es fortaleza, a ella acude el justo para protegerse.

Proverbios 30:5

Toda palabra de Dios es digna de crédito, es un escudo para cuantos confían en él.

Isaías 12:2

Pues Dios es mi salvación, en él confío y nada temo; Dios es mi fuerza y mi canto, el Señor es mi salvación.

Isaías 32:2

serán como refugio contra el viento, como cobijo ante la lluvia, como acequias que riegan en secano, como sombra de peñasco en erial.

Isaías 45:21

Hablad, traed pruebas, deliberad todos juntos. ¿Quién anunció esto desde antaño, quién predijo esto desde siempre? ¿No fui yo, el Señor? No hay dios fuera de mí; soy un Dios justo y salvador y no hay otro aparte de mí.

Jeremías 16:19

Señor, fuerza y fortaleza mías, mi amparo cuando llega el peligro. A ti acudirán los paganos de todos los rincones de la tierra diciendo: «Solo mentira es el legado de nuestros antepasados: pura nadería, inutilidad completa».

Jeremías 16:9

Pues así dice el Señor del universo, Dios de Israel: Pienso poner fin en este lugar, en vuestra presencia y en vida vuestra, a las voces alegres de fiesta, las canciones del novio y de la novia.

Lucas 1:47

Mi corazón está lleno de alegría a causa de Dios, mi Salvador,

Lucas 1:69

Nos ha suscitado un poderoso salvador de entre los descendientes de su siervo David.

Lucas 1:71

que nos salvaría de nuestros enemigos y del poder de los que nos odian,

Deuteronomio 32:37

Entonces dirá: ¿Dónde están ahora sus dioses, la roca en la cual buscaron refugio,

Deuteronomio 32:4

Él es la Roca; su obra es perfecta y todos sus caminos son justos. Dios es fiel y sin maldad, es justo y recto.

Deuteronomio 33:29

¡Dichoso tú, Israel! ¿Quién como tú, pueblo rescatado por el Señor? Él es tu escudo protector, él es tu espada victoriosa. Tus enemigos te adularán, pero tú pisotearás sus espaldas.

Tito 3:4

Pero ahora se han hecho patentes la bondad y el amor que Dios, nuestro Salvador, tiene a los seres humanos.

Tito 3:6

que Dios ha derramado sobre nosotros con abundancia a través de nuestro Salvador Jesucristo.

Hebreos 2:13

Y en otro lugar: Yo pondré en él mi confianza. Y también: Aquí estoy yo con los hijos que Dios me ha dado.

1 Samuel 2:1

Y Ana comenzó a orar así: Mi corazón salta de alegría por el Señor, mi fuerza reside en el Señor, mi boca se ríe de mis rivales, porque he disfrutado de tu ayuda.

1 Samuel 2:2

Nadie es santo como el Señor, nadie es fuerte como nuestro Dios, porque no hay otro como tú.