2 Samuel 20:19

La Palabra (versión española)

Somos israelitas pacíficos y fieles ¡y tú pretendes destruir una ciudad importante de Israel! ¿Por qué quieres arruinar el patrimonio del Señor?

Referencias Cruzadas

Génesis 18:23

Entonces Abrahán se acercó al Señor y le dijo: —¿De modo que vas a hacer que perezcan juntos el inocente y el culpable?

2 Samuel 14:16

escuchándola y librándola del hombre que quiere arrancarnos a mí y a mi hijo juntos de la heredad de Dios».

2 Samuel 17:16

Así que, enviad urgentemente a alguien para que informe a David y le diga: «No pases la noche en los vados del desierto; cruza al otro lado», para evitar que aniquilen al rey y a toda la gente que lo acompaña.

2 Samuel 20:18

Entonces ella dijo: —Antiguamente se solía decir: «Que pregunten en Abel, y caso resuelto».

2 Samuel 20:20

Joab contestó: —¡Líbreme Dios! ¡Líbreme Dios de arruinar y destruir!

2 Samuel 21:3

y les dijo: —¿Qué puedo hacer por vosotros? ¿Cómo podría desagraviaros para que podáis bendecir la heredad del Señor?

1 Reyes 8:53

pues tú, Señor Dios, los apartaste como propiedad entre todos los pueblos de la tierra, tal como dijiste por medio de tu siervo Moisés, cuando sacaste a nuestros antepasados de Egipto.

Salmos 106:5

para que me goce con tus elegidos, me alegre con la alegría de tu pueblo, me llene de orgullo con tu heredad.

Salmos 124:3

nos habrían devorado vivos al estallar su ira contra nosotros;

Salmos 33:12

¡Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor, el pueblo que escogió como heredad suya!

Salmos 78:71

lo sacó de detrás de las corderas para pastorear a Jacob, su pueblo, y a Israel su heredad.

Jeremías 51:34

Nabucodonosor, rey de Babilonia, me ha comido, me ha devorado y ha dejado el plato vacío; me ha engullido como un dragón, ha llenado su vientre con lo más delicioso de mí, y después me ha vomitado.

Jeremías 51:44

Pediré cuentas a Bel en Babilonia, le haré vomitar lo que ha tragado; ya no afluirán los pueblos a ella, hasta su muralla se ha derrumbado.

Lamentaciones 2:16

Abren contra ti sus bocas todos tus enemigos; silban, rechinan los dientes y dicen: «¡Ya es pan comido! ¡Es el día que esperábamos! ¡Al fin lo hemos conseguido!»

Lamentaciones 2:2

Dios destruyó sin piedad las moradas de Jacob, arrasó las fortalezas de la hija de Judá y echó por tierra, humillados, a su reino y a sus príncipes.

Lamentaciones 2:5

Es mi Dios un enemigo que ha aniquilado a Israel: desmanteló sus palacios, derribó sus fortalezas y llenó la capital de gemidos y lamentos.

Números 16:32

abrió su boca y se los tragó, junto con sus casas; lo mismo les ocurrió a todos los secuaces de Coré y a todas sus pertenencias.

Números 26:10

Fue cuando la tierra abrió su boca y se tragó a Coré junto con todos sus secuaces, siendo devoradas por el fuego doscientas cincuenta personas, para servir de escarmiento.

1 Corintios 15:54

Y cuando este cuerpo corruptible se revista de incorruptibilidad, cuando este ser mortal se revista de inmortalidad, entonces se cumplirá lo que dice la Escritura: La muerte ha sido devorada por la victoria.

2 Corintios 5:4

En verdad, a los que vivimos en esta morada corporal nos abruma la aflicción, pues no queremos quedar desnudos, sino ser sobrevestidos de modo que lo mortal sea absorbido por la vida.

Deuteronomio 20:10

Cuando te acerques a una ciudad para atacarla, primero proponle la paz.

Deuteronomio 32:9

Pero la parte del Señor es su pueblo, la porción de su herencia es Jacob:

1 Timoteo 2:2

por los reyes y por todos los que tienen autoridad para que podamos llevar una vida tranquila y sosegada, plenamente digna y piadosa.

Jueces 5:7

Vacíos los poblados, vacíos en Israel, hasta que tú, Débora, te alzaste, hasta que te alzaste, madre de Israel.

1 Samuel 10:1

Entonces Samuel tomó la aceitera, la derramó sobre la cabeza de Saúl y lo besó, diciendo: —El Señor te unge como jefe de su pueblo.

1 Samuel 26:19

Ruego a mi señor, el rey, que se digne escuchar las palabras de su siervo. Si es el Señor quien te empuja contra mí, se aplacará con una ofrenda; pero si son los hombres, ¡que el Señor los maldiga! Porque hoy me expulsan y me impiden participar en la herencia del Señor, mandándome a servir a otros dioses.