¡Dirígete, espada, contra mi pastor, haz frente a mi ayudante! —oráculo del Señor del universo—. Hiere al pastor y se dispersará el rebaño; incluso a los más pequeños golpearé.
Jesús les dijo entonces: —Esta noche todos me abandonaréis, porque así lo dicen las Escrituras: Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas del rebaño.