La mujer extendió una estera sobre la boca del pozo, echó encima trigo y no se notaba nada.
Ellas le respondieron: —Porque las mujeres hebreas no son como las egipcias; son como animales salvajes y dan a luz antes de que llegue la comadrona.
Salió Moisés de la presencia del faraón y, una vez fuera de la ciudad, alzó sus manos al Señor. El granizo y los truenos cesaron, y escampó.