Absalón le replicó: —¿Esta es la lealtad que profesas a tu amigo? ¿Por qué no te has ido con tu amigo?
Jusay respondió a Absalón: —No. Yo solo estaré y viviré con aquel al que han elegido tanto el Señor como este pueblo y todos los israelitas.
Mefibóset, el nieto de Saúl, bajó también al encuentro del rey. No se había lavado los pies, ni arreglado la barba, ni lavado sus ropas desde el día en que el rey se marchó hasta el día en que volvía a salvo.
El amigo ama en todo momento, el hermano nace para ayudar en la desgracia.
Hay camaradas que se destrozan, pero también amigos más íntimos que hermanos.
¿Y así le pagáis al Señor, pueblo insensato y necio? ¿Acaso no es él tu Padre, tu Creador, el que te creó y te dio el ser?