David le respondió: —Vete en paz. Entonces Absalón marchó hacia Hebrón
y envió espías por todas las tribus de Israel con esta consigna: —Cuando oigáis el toque de la trompeta, gritad: ¡Absalón reina en Hebrón!
pues cuando tu servidor estaba en Guesur de Aram, hizo esta promesa: «Si el Señor me permite volver a Jerusalén, le ofreceré un sacrificio».
Desde Eglón Josué, con todo Israel, se dirigió a Hebrón a la que atacó
Elí le dijo: —Vete en paz y que el Dios de Israel te conceda la gracia que le has pedido.
Luego David aceptó todo lo que ella le había traído y le dijo: —Puedes volver tranquila a tu casa. Ya ves que he escuchado tus palabras y he atendido a tu petición.