Tamar fue a casa de su hermano Amnón, que estaba acostado. Tomó la harina, la amasó, preparó las rosquillas a su vista y las coció.
David mandó llamar a Tamar a su casa, y le dijo: —Anda y ve a casa de tu hermano Amnón y prepárale la comida.
Luego las puso en la cazuela y se las sirvió, pero él no quiso comer, y ordenó: —¡Salid todos fuera! Cuando todos hubieron salido,
¡Maldito sea quien se acueste con su hermana, hija de su padre o de su madre! Y el pueblo a una responderá: ¡Amén!
La mujer se apresuró a matar un ternero rollizo que tenía en casa; tomó harina, la amasó y coció panes sin levadura.