Luego Amnón la odió profundamente y el odio que sintió hacia ella fue aún mayor que el amor con que la había amado. Entonces Amnón le ordenó: —Levántate y vete.
Pero él no quiso escucharla y, como era más fuerte, la forzó y se acostó con ella.
Ella le dijo: —No, que echarme ahora sería un daño mucho mayor que el que acabas de hacerme. Pero él no quiso escucharla,
Acudieron a ella los babilonios a compartir su lecho de amor; la mancillaron con su lascivia y, una vez mancillada, se hastió de ellos.