Pero ahora que ha muerto, ¿por qué voy a seguir ayunando? ¿Acaso podría recuperarlo? ¡Soy yo el que irá junto a él, pero él no volverá junto a mí!
Todos sus hijos y sus hijas intentaban consolarlo, pero él no se dejaba consolar; al contrario, lloraba por su hijo y repetía: —Guardaré luto por mi hijo hasta que vaya a reunirme con él en el reino de los muertos.
—Yo estoy a punto de morir. Sé fuerte y pórtate con valor.
antes de que vaya al país de tinieblas, y de sombras de muerte, sin que pueda regresar,
Ya sé que me devuelves a la muerte, donde todos los vivos se dan cita.
Jesús le contestó: —Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso.