David envió a unos emisarios a que se la trajeran y cuando llegó, se acostó con ella recién purificada de su regla. Luego ella regresó a su casa.
La vio Siquén, hijo de Jamor, el jeveo, señor de aquella tierra, y por la fuerza se acostó con ella y la violó.
Al cabo de algún tiempo la mujer de su amo se fijó en José y un día le propuso: —Acuéstate conmigo.
Lo que tú hiciste a escondidas yo lo haré delante de todo el pueblo y a plena luz.
Si ves un ladrón corres con él, con los adúlteros te mezclas;
Este es el proceder de la adúltera: come, se limpia la boca y dice: «¡No he hecho nada malo!».
Si un hombre se acuesta con una mujer y tiene lugar un derrame seminal, ambos deberán bañarse, pero quedarán impuros hasta la noche.
Tampoco tendrás relaciones sexuales con una mujer durante el tiempo de su impureza menstrual.
No cometerás adulterio.