David mandó a preguntar por ella y le dijeron: —Se trata de Betsabé, la hija de Elián y esposa de Urías, el hitita.
Pero el pobre no tenía nada más que una pequeña cordera que había comprado. La había criado y había crecido con él y con sus hijos. Comía de su boca, bebía de su vaso y dormía en su regazo, como una hija.
Elifélet, hijo de Ajasbay, de Maacá; Elián, hijo de Ajitófel, el guilonita;
y Urías, el hitita. En total, treinta y siete.
Pues David había actuado correctamente ante el Señor, sin desviarse de sus preceptos en toda su vida, salvo en el asunto de Urías, el hitita.
Urías, el hitita; Zabad, hijo de Ajlay;
Y esta es la lista de los hijos que le nacieron en Jerusalén: Simeá, Sobab, Natán, Salomón, los cuatro de Betsabé, hija de Amiel.
No te dejes seducir por su belleza, ni te dejes cautivar por sus miradas.
¡Sementales ardientes y lascivos, que relinchan por la mujer de su vecino!