y le dijo: —Si los arameos me superan, vienes en mi ayuda; y si los amonitas te superan, yo iré a ayudarte.
Puso el resto del ejército bajo el mando de su hermano Abisay para que tomara posiciones frente a los amonitas
¡Ánimo y a luchar por nuestro pueblo y por las ciudades de nuestro Dios! Y el Señor hará lo que le plazca.
pero yo he pedido por ti, para que no desfallezca tu fe. Y tú, cuando recuperes la confianza, ayuda a tus hermanos a permanecer firmes.
Nosotros, los que tenemos una fe bien formada, debemos prescindir de nuestro propio gusto y cargar con las debilidades de quienes no la tienen todavía.
Ayudaos mutuamente a soportar las dificultades, y así cumpliréis la ley de Cristo.