¡Cómo han caído los héroes! ¡Las armas de la guerra han sucumbido!
¡Ay, Israel, tu gloria quedó herida en las alturas! ¡Cómo han caído los héroes!
¡Cómo han caído los héroes en el fragor del combate! ¡Jonatán, herido en tus alturas!
Eliseo estaba gravemente enfermo y Joás, el rey de Israel, bajó a visitarlo. Al verlo se puso a llorar, diciendo: —¡Padre mío, padre mío! ¡Carro y caballería de Israel!
Eliseo lo miraba y gritaba: —¡Padre mío, padre mío, carro y caballería de Israel! Cuando dejó de verlo, rompió en dos su vestido,
Hasta sus confines detiene las guerras, rompe el arco, quiebra la lanza, destruye en el fuego los carruajes.
Vienen de tierras lejanas, del confín del horizonte: el Señor y las armas de su ira para arrasar todo el país.