no sea que vayan conmigo algunos de Macedonia y, al ver que no estáis preparados, quedemos en ridículo, primero yo, pero sobre todo vosotros, en lo que se refiere a este asunto.
Conozco vuestra buena disposición y presumo de ella delante de los macedonios; «los de Acaya —les he dicho— están preparados desde el año pasado»; de este modo, vuestro entusiasmo ha servido de estímulo para muchos.