2 Corintios 7:6

La Palabra (versión española)

Pero Dios, que conforta a los humildes, me reanimó también a mí con la presencia de Tito.

Referencias Cruzadas

Isaías 12:1

Aquel día dirás: Te doy gracias, Señor. Estabas airado, pero desviaste tu ira y me consolaste.

Isaías 51:12

Yo soy, yo, quien os consuela. ¿Por qué has de temer a un simple mortal, a alguien que se consume como hierba?

Isaías 57:15

Pues esto dice el Alto y Excelso, el que vive por siempre, de nombre Santo: Yo habito en las alturas sagradas, pero miro por humildes y abatidos, para reanimar el espíritu abatido, para reanimar el corazón humillado.

Isaías 57:18

yo soy testigo de sus andanzas. Pero lo sanaré compadecido, lo recompensaré con consuelos; y a los que hacen duelo con él

Jeremías 31:13

Las muchachas gozarán bailando, junto con jóvenes y adultos; cambiaré su duelo en alegría, los consolaré, alegraré sus penas.

Mateo 5:4

Felices los que están tristes, porque Dios mismo los consolará.

Juan 14:16

yo, por mi parte, rogaré al Padre para que os envíe otro Abogado que esté siempre con vosotros:

Romanos 15:5

Ojalá que Dios, la fuente de la constancia y del consuelo, os conceda vivir en mutua armonía, según el ejemplo de Cristo

2 Corintios 7:13

Esto es lo que me ha llenado de consuelo. Pero mucho más que mi propio consuelo, lo que me hace rebosar de alegría es ver a Tito íntimamente contento y reconfortado por el trato recibido de todos vosotros.

2 Corintios 7:14

Le dije que estaba orgulloso de vosotros y no me habéis dejado en mal lugar; al contrario, lo mismo que no me privé de deciros toda la verdad, también los elogios que hice a Tito con respecto a vosotros, han resultado verdaderos.

2 Corintios 7:7

Y no fue solo su presencia, fue sobre todo el conocer cómo le habíais animado y reconfortado. Él me habló de vuestra añoranza por verme, de vuestro arrepentimiento, de vuestra preocupación por mí. Esto me hizo todavía más feliz.

Filipenses 2:1

Si alguna fuerza tiene una exhortación hecha en nombre de Cristo, si de algo sirve un consejo nacido del amor, si nos une el mismo Espíritu, si alienta en vosotros un corazón entrañable y compasivo,

1 Tesalonicenses 3:2

y enviaros a Timoteo, hermano nuestro y colaborador en el anuncio del mensaje salvador de Cristo, con la misión de fortaleceros y animaros en la fe,