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Referencias Cruzadas

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2 Corintios 7:5

La Palabra (versión española)

Cuando llegué a Macedonia tampoco pude disfrutar del más mínimo sosiego; las tribulaciones me acosaban por doquier: por fuera los conflictos, por dentro el miedo.

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23 Referencias Cruzadas  

pero la paloma no encontró dónde posarse y regresó al arca, pues la tierra aún estaba cubierta por las aguas. Así que Noé sacó la mano, tomó la paloma y la metió consigo en el arca.

Lo rodean terrores espantosos, lo acosan cuando intenta caminar:

los pueblos quedarán calcinados, quemados como cardos segados.

Oía a muchos murmurar: «Este es Terror-En-Derredor, denunciadlo, vamos a denunciarlo». La gente que me era más cercana andaba acechando mi traspié: «Tal vez, seducido, lo sometamos y podamos vengarnos de él».

Tú dices: «¡Ay de mí!, que el Señor añade sufrimiento a mi dolor; estoy cansado de gemir y no encuentro reposo».

No os aventuréis por campos ni caminos, la espada enemiga siembra el terror en torno.

Me siento abrumado de dolor, tengo enfermo el corazón, al oír los gritos de mi pueblo desde una tierra lejana:

Cuando se aplacó el alboroto, Pablo mandó llamar a los discípulos para infundirles ánimo. Después se despidió de ellos y partió para Macedonia.

Y es que los de Macedonia y Acaya han tenido a bien organizar una colecta en favor de los creyentes necesitados de Jerusalén.

Os aseguro, hermanos, por lo orgulloso que me siento de vosotros ante Cristo Jesús, Señor nuestro, que estoy al borde de la muerte cada día.

A vuestra ciudad llegaré después de atravesar Macedonia, pues por Macedonia no haré más que pasar.

mi corazón estaba sobre ascuas al no encontrar allí a Tito, mi hermano. Así que me despedí de ellos y salí para Macedonia.

Por eso precisamente os escribí como lo hice; para que cuando vaya a visitaros, no me causen tristeza los que deben ser fuente de gozo para mí. Tanto más cuanto que estoy convencido, en lo que a vosotros respecta, que mi alegría es también la vuestra.

Precisamente os escribí para comprobar si estabais dispuestos a obedecerme sin reservas.

Mucho me temo que mis sudores entre vosotros hayan sido baldíos.

En la calle caerán sus hijos a filo de espada, y en sus casas reinará el espanto; perecerán el muchacho y la muchacha, el anciano y el niño de pecho.

Así que, no pudiendo aguantar ya más, envié [a Timoteo] para que me informara acerca de vuestra fe, no sea que os hubiera seducido el Seductor y todo nuestro esfuerzo terminara siendo baldío.




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