Biblia Todo Logo
Referencias Cruzadas

- Anuncios -




2 Corintios 4:10

La Palabra (versión española)

Por todas partes vamos reproduciendo en el cuerpo la muerte dolorosa de Jesús, para que también en nuestro cuerpo resplandezca la vida de Jesús.

Ver Capítulo Copiar

17 Referencias Cruzadas  

Los que son del mundo dejarán de verme dentro de poco; pero vosotros seguiréis viéndome, porque la vida que yo tengo la tendréis también vosotros.

Si hemos sido injertados en Cristo compartiendo una muerte como la suya, compartiremos, también su resurrección.

Si, pues, hemos muerto con Cristo, debemos confiar en que también viviremos con él;

Ya lo dice la Escritura: Por tu causa estamos en trance de muerte cada día; nos tratan como a ovejas destinadas al matadero.

Porque, si bien es cierto que como cristianos no nos faltan sufrimientos, no lo es menos que Cristo nos colma de consuelo.

Pero si llegué a considerar la sentencia de muerte como algo inevitable, eso me enseñó a no confiar en mí mismo, sino en Dios que resucita a los muertos.

Porque es cierto que se dejó crucificar manifestando así su debilidad, pero ahora vive en virtud de la fuerza de Dios. Igualmente nosotros, que compartimos su debilidad, compartiremos también su poderosa vitalidad divina si hemos de enfrentarnos con vosotros.

En efecto, mientras vivimos, estamos de continuo en trance de muerte por causa de Jesús para que, a través de nuestra naturaleza mortal, se haga manifiesta la vida de Jesús.

¡Y a ver si en adelante no me ocasionáis más preocupaciones! Bastante tengo con llevar impresas en mi cuerpo las marcas de Jesús.

Ahora me alegro de sufrir por vosotros. Así voy completando en mi existencia corporal, y en favor del cuerpo de Cristo que es la Iglesia, lo que aún falta al total de las tribulaciones de Cristo.

Es esta una palabra digna de crédito: Si morimos con Cristo, viviremos con él;

Alegraos, más bien, de compartir los sufrimientos de Cristo, para que el día de su gloriosa manifestación también vosotros saltéis de júbilo.

Dichosos si sois ultrajados por seguir a Cristo; eso quiere decir que el Espíritu glorioso de Dios alienta en vosotros.

Apenas lo vi, caí fulminado a sus pies; pero él me tocó con su mano derecha y me dijo: —No temas; yo soy el primero y el último.




Síguenos en:

Anuncios


Anuncios