Entonces Lot salió a avisar a sus futuros yernos, los que se habían de casar con sus hijas, y les dijo: —¡Salid de esta ciudad sin perder tiempo, porque el Señor va a destruirla! Pero los yernos pensaron que Lot lo decía en broma.
Todavía no estaban muy lejos de la ciudad, cuando José dijo a su mayordomo: —Vete tras ellos y cuando los alcances diles: —¿Por qué habéis pagado mal por bien?
Así que purifica al pueblo y diles: «Purificaos para mañana, porque así dice el Señor, el Dios de Israel: Hay dentro de ti, Israel, algo consagrado al exterminio; no podrás hacer frente a tus enemigos mientras no lo extirpéis de entre vosotros.
Cuando bajaban por las afueras de la aldea, Samuel dijo a Saúl: —Di a tu criado que nos adelante. Y tú espera un momento, que tengo que comunicarte la palabra de Dios.