1 Samuel 7:6

La Palabra (versión española)

Se reunieron en Mispá, sacaron agua, la derramaron ante el Señor y ayunaron aquel día, diciendo: —Hemos pecado contra el Señor. Samuel juzgó a los israelitas en Mispá.

Referencias Cruzadas

Génesis 31:49

y también Mispá, porque Labán juró: —¡Que el Señor nos vigile cuando nos hayamos separado!

2 Samuel 14:14

Todos hemos de morir, pues somos como agua derramada en tierra que no puede recogerse. Dios no quiere quitar la vida. Al contrario, desea que el desterrado no siga alejado de él.

1 Reyes 8:47

si en el país adonde hayan sido deportados recapacitan, se arrepienten y te suplican, reconociendo su pecado, su delito y su culpa,

1 Crónicas 11:18

Entonces los tres irrumpieron en el campamento filisteo, sacaron agua del pozo que hay a las puertas de Belén y se la llevaron a David. Pero él no quiso beberla y la derramó como ofrenda al Señor,

2 Crónicas 20:3

Josafat se asustó y recurrió al Señor, proclamando un ayuno para todo Judá.

Nehemías 9:27

Así que los entregaste a sus enemigos y estos los oprimieron. Entonces angustiados, clamaron a ti y tú los escuchaste desde el cielo: lleno de compasión les procuraste libertadores que los salvasen de sus enemigos.

Job 16:20

—es mi grito quien habla por mí, aguardo inquieto la respuesta divina—;

Job 3:24

Por pan tengo mis sollozos, los gemidos se me escapan como agua.

Job 33:27

Luego proclamará delante de todos: «Me equivoqué y pervertí el derecho, pero no me ha pagado como merecía.

Job 40:4

Me siento pequeño, ¿qué contestaré? Me taparé la boca con la mano.

Job 42:6

por eso, me retracto y me arrepiento, tumbado en el polvo y la ceniza.

Salmos 106:6

Como nuestros antepasados, también nosotros hemos pecado; cometimos faltas, hicimos el mal.

Salmos 119:136

Vierten mis ojos ríos de agua, porque no se respeta tu ley.

Salmos 42:3

Mi llanto es mi alimento día y noche mientras no dejan de preguntarme: «¿Dónde está tu Dios?».

Salmos 6:6

Estoy cansado de llorar, cada noche baño en lágrimas mi cama, con mi llanto inundo mi lecho.

Salmos 62:8

Confiad siempre en él los que formáis su pueblo; abrid ante él vuestro corazón, pues Dios es nuestro refugio. [Pausa]

Jeremías 31:19

Tras volver, me he arrepentido; ahora que lo he comprendido me doy golpes en el muslo. Estoy abochornado y avergonzado, al tener que soportar la vergüenza de lo que hice en mis años mozos».

Jeremías 36:9

El año quinto de Joaquín, hijo de Josías, rey de Judá, el noveno mes, se proclamó un ayuno ante el Señor para la población de Jerusalén y la gente que había acudido a la capital desde las ciudades de Judá.

Jeremías 9:1

¡Ojalá encontrara refugio en el desierto para abandonar y alejarme de mi pueblo, pues todos son adúlteros, banda de traidores!

Lamentaciones 2:11

El llanto seca mis ojos, mis entrañas se estremecen y la hiel se me derrama por la ruina de mi pueblo; niños y bebés sucumben por las calles del lugar.

Lamentaciones 3:49

Mis ojos lloran sin tregua y no sentirán alivio

Lamentaciones 5:16

Se nos ha caído la corona. ¡Ay de nosotros, que hemos pecado!

Ezequiel 20:4

¿Quieres juzgarlos tú? ¿Quieres juzgarlos, hijo de hombre? Pues hazles saber las abominaciones de sus antepasados.

Oseas 5:1

Escuchad esto, sacerdotes; atención, casa de Israel; presta oído, casa real. Contra vosotros es el juicio pues habéis sido trampa en Mispá y una red tendida en el Tabor.

Joel 2:12

Ahora, pues, —oráculo del Señor— volveos hacia mí de todo corazón, con ayuno, lágrimas y lamento.

Levítico 16:29

Esta será para vosotros una norma perpetua: el día décimo del séptimo mes, ayunaréis y no haréis trabajo alguno, ni el nacido en el país, ni el extranjero residente entre vosotros.

Levítico 26:40

Entonces confesarán su maldad y la maldad de sus antepasados, la rebeldía con la que se rebelaron contra mí. Y porque se enfrentaron a mí,

Lucas 15:18

Volveré a mi padre y le diré: Padre, he pecado contra Dios y contra ti,

Josué 18:26

Mispé, Quefirá y Mosá;

Jueces 10:10

Los israelitas suplicaron al Señor diciendo: —Hemos pecado contra ti, Señor, al abandonarte a ti, nuestro Dios, para rendir culto a los Baales.

Jueces 10:15

Los israelitas respondieron al Señor: —Hemos pecado. Haz con nosotros lo que te plazca; pero, por favor, hoy sálvanos.

Jueces 2:4

Apenas el ángel del Señor dijo estas palabras a todos los israelitas, el pueblo se puso a llorar a gritos.

Jueces 20:23

Los israelitas se reunieron en Betel y estuvieron llorando delante del Señor hasta la tarde. Luego consultaron al Señor si debían volver a combatir contra su hermano Benjamín. El Señor les respondió: —Subid contra él.

Jueces 20:26

Entonces todos los israelitas se reunieron de nuevo en Betel; se quedaron allí sentados todo el día llorando delante del Señor, ayunando hasta la tarde y ofreciendo al Señor holocaustos y sacrificios de comunión.

Jueces 3:10

El espíritu del Señor lo invadió, se constituyó en juez de Israel y salió a la guerra. Y el Señor puso en sus manos a Cusán Risatáin, rey de Edom, y triunfó sobre Cusán Risatáin.

1 Samuel 1:15

Ana le respondió: —No es eso, señor; es que soy una mujer desgraciada, pero no he bebido vino ni alcohol; solo desahogaba mis penas ante el Señor.

1 Samuel 10:17

Samuel convocó al pueblo ante el Señor en Mispá

1 Samuel 12:10

Entonces clamaron al Señor, diciendo: «Hemos pecado, abandonando al Señor para rendir culto a las imágenes de Baal y de Astarté. Líbranos del poder de nuestros enemigos y te serviremos».

1 Samuel 7:15

Samuel fue juez de Israel durante toda su vida.