Otros pueblos los irán recogiendo y los llevarán a su lugar; pero la casa de Israel después los poseerá como esclavos y esclavas en la tierra del Señor; capturarán a sus captores, dominarán a sus dominadores.
Los hebreos que vivían desde hacía tiempo con los filisteos y que habían subido con ellos al campamento se pasaron también a los israelitas que acompañaban a Saúl y a Jonatán.
¡Pobres de nosotros! ¿Quién nos librará de un Dios tan poderoso? Porque ese es el Dios que diezmó a los egipcios con toda clase de plagas en el desierto.