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Referencias Cruzadas

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1 Samuel 31:4

La Palabra (versión española)

y le dijo a su escudero: —Desenvaina tu espada y atraviésame antes de que vengan esos incircuncisos y me atraviesen ellos, ensañándose conmigo. Pero el escudero se negó, porque tenía mucho miedo. Entonces Saúl empuñó su espada y se arrojó sobre ella.

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19 Referencias Cruzadas  

Después de la muerte de Saúl, David había vuelto a Siclag tras derrotar a los amalecitas y estuvo allí dos días.

David le dijo: —¿Y cómo es que te has atrevido a levantar tu mano para matar al ungido del Señor?

No lo contéis en Gat, no lo anunciéis por las calles de Ascalón, para que no se alegren las muchachas filisteas, ni lo festejen las hijas de los incircuncisos.

El muchacho le contestó: —Yo me encontraba casualmente en el monte Guilboa, cuando vi a Saúl apoyado sobre su lanza y acosado por los carros y los jinetes.

Cuando Ajitófel vio que no ponían en práctica su consejo, aparejó el burro y se marchó a casa, a su ciudad. Luego puso en orden su casa, se ahorcó y murió, siendo enterrado en el sepulcro de su padre.

fue a recoger los restos de Saúl y de su hijo Jonatán, que estaban en poder de los ciudadanos de Jabés de Galaad, pues los habían robado de la plaza de Betsán, donde los filisteos los habían colgado el día en que derrotaron a Saúl en Guilboa.

Cuando Zimrí vio que la ciudad había sido tomada, se metió en el alcázar del palacio real, prendió fuego al palacio y murió.

El resto de la historia de Omrí, lo que hizo y sus hazañas, está escrito en el libro de los Anales de los Reyes de Israel.

Entonces le dijo a su escudero: —Desenvaina tu espada y atraviésame, antes de que vengan esos incircuncisos y se ensañen conmigo. Pero el escudero se negó, porque tenía mucho miedo. Entonces Saúl empuñó su espada y se arrojó sobre ella.

Su padre y su madre le replicaron: —¿Es que no hay ninguna mujer en tu tribu o en todo nuestro pueblo, para que tengas que elegir esposa entre esos filisteos incircuncisos? Sansón respondió a su padre: —Consígueme esa, porque esa es la que me gusta.

Él llamó enseguida a su escudero y le dijo: —Saca tu espada y mátame. Para que no se diga de mí que una mujer me dio muerte. Su escudero lo atravesó con la espada, y murió.

Jonatán dijo a su escudero: —Vamos a cruzar hasta el destacamento de esos incircuncisos. A ver si el Señor nos ayuda, pues a él le da igual salvar con muchos o con pocos.

Entonces David preguntó a los que estaban junto a él: —¿Qué se le dará a quien venza a ese filisteo y limpie la deshonra de Israel? Y ¿quién es ese filisteo incircunciso para desafiar a las huestes del Dios vivo?

Este siervo tuyo ha matado leones y osos, y ese filisteo incircunciso correrá la misma suerte por haber desafiado a las huestes del Dios vivo.

Y añadió: —¡Vive Dios, que habrá de ser el Señor quien lo hiera, o cuando le llegue la hora de la muerte, o cuando caiga y perezca al entrar en combate!

Cuando el escudero vio que Saúl había muerto, también él se arrojó sobre su espada y murió con Saúl.




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