fue a recoger los restos de Saúl y de su hijo Jonatán, que estaban en poder de los ciudadanos de Jabés de Galaad, pues los habían robado de la plaza de Betsán, donde los filisteos los habían colgado el día en que derrotaron a Saúl en Guilboa.
Entonces se dijeron: —¿Cuál es la única tribu de Israel que no se presentó ante el Señor en Mispá? Y resultó que nadie de Jabés de Galaad había acudido al campamento, a la asamblea.