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Referencias Cruzadas

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1 Samuel 29:3

La Palabra (versión española)

Los jefes filisteos preguntaron: —¿Qué hacen aquí esos hebreos? Y Aquís les respondió: —Este es David, súbdito de Saúl, el rey de Israel, que lleva conmigo un par de años y desde el día que vino a mí hasta hoy no he encontrado nada que reprocharle.

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13 Referencias Cruzadas  

Uno de los que habían escapado fue a dar aviso a Abrán, el hebreo, que estaba acampado junto al encinar de Mambré, el amorreo, que era hermano de Escol y de Aner, aliados de Abrán.

Entonces Amasay, invadido por el espíritu, exclamó: ¡Tuyos somos, David! ¡Estamos contigo, hijo de Jesé! ¡Paz! ¡Paz a ti y paz a tus aliados, pues tu Dios es tu auxilio! David los acogió y los nombró jefes de tropa.

Algunos de Manasés se pasaron a David, cuando iba con los filisteos a luchar contra Saúl (aunque no llegó a ayudarlos, pues los príncipes filisteos, tras deliberar, decidieron expulsarlo, pensando: «Se pasará a su señor Saúl con riesgo de nuestras propias cabezas»).

Por tal motivo, los otros dos ministros y los sátrapas trataban de buscar alguna excusa que implicase a Daniel en una mala administración del reino. Pero no pudieron encontrar nada, ni siquiera indicios de irregularidad, pues Daniel era leal y no podían acusarle de irregularidad o negligencia.

Al ver a Jesús, los jefes de los sacerdotes y sus esbirros comenzaron a gritar: —¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo! Pilato insistió: —Tomadlo vosotros y crucificadlo; yo no encuentro delito alguno en él.

A nadie devolváis mal por mal. Esforzaos en hacer el bien ante cualquiera.

como quien tiene limpia la conciencia, para que quienes critican vuestra buena conducta cristiana queden avergonzados de sus calumnias.

Los dos se dejaron ver por el destacamento de los filisteos y estos comentaron: —Mirad, unos hebreos salen de las cuevas donde estaban escondidos.

Te ruego disculpes la falta de esta sierva tuya, porque el Señor va a construirte una casa estable, pues mi señor combate las guerras del Señor y ninguna desgracia te alcanzará en toda tu vida.

David se hizo el siguiente razonamiento: —Cualquier día de estos voy a sucumbir a manos de Saúl. Lo mejor que puedo hacer es huir al país de los filisteos. Así Saúl dejará de perseguirme por todo el territorio de Israel y podré escapar de sus manos.

David permaneció en territorio filisteo durante un año y cuatro meses.

Entonces Aquís llamó a David y le dijo: —¡Vive el Señor!, que eres un hombre recto y me agrada tu forma de comportarte conmigo en el campamento. Yo no he encontrado nada que reprocharte desde que viniste a mí hasta el presente; pero a los jefes filisteos no les caes bien.

Los filisteos oyeron aquel estruendo y se preguntaron: —¿A qué viene ese estruendo tan grande en el campamento hebreo? Y cuando se enteraron de que el Arca del Señor había llegado al campamento,




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