Pero cuando vio el campamento filisteo, sintió miedo y se llenó de espanto.
le zumban los oídos con ecos de terrores, lo asalta el Devastador mientras vive en paz.
Lo rodean terrores espantosos, lo acosan cuando intenta caminar:
¡Qué pronto son destruidos, perecen muertos de miedo!
Al malvado le sucede lo que teme, al justo se le cumplen sus deseos.
Comunicaron al heredero de David que los sirios habían acampado en Efraín. Entonces se estremeció su corazón y también el corazón de su pueblo lo mismo que los árboles del bosque azotados por el viento.
palideció y quedó aturdido, incapaz de sostenerse, con las rodillas temblando.
Los filisteos se concentraron y fueron a acampar a Sunán. Saúl también concentró a todo Israel y acampó en Guilboa.
Entonces consultó al Señor, pero el Señor no le respondió ni por los sueños, ni por las suertes ni por los profetas.