David le respondió: —De acuerdo. Vas a saber lo que tu servidor es capaz de hacer. Y Aquís le replicó: —Entonces te haré de mi guardia personal para siempre.
Cuando Aquís le preguntaba: —¿Dónde habéis estado saqueando hoy? David le respondía: —En la región al sur de Judá. O bien: —En la región de los jerajmelitas. O bien: —En la región de los quenitas.
Los jefes filisteos desfilaban encabezando escuadrones de cien y de mil soldados, mientras David y sus hombres desfilaban en retaguardia junto a Aquís.