Entonces Jacob les dijo a Simeón y Leví: —Me habéis ocasionado la ruina haciéndome enemigo de los habitantes de esta tierra, los cananeos y los fereceos. Yo cuento con muy pocos hombres y si ellos se alían contra mí y me atacan; acabarán conmigo y con toda mi familia.
Los amonitas comprendieron que habían provocado a David y enviaron a contratar como mercenarios a veinte mil soldados arameos de Bet Rejob y de Sobá, a mil hombres del rey de Maacá y doce mil hombres de Tob.
y les dijeron: —¡Que el Señor juzgue y sentencie! Por vuestra culpa el faraón y su corte nos odian. Habéis puesto en su mano la espada para que nos maten.
Y todo Israel se enteró de que Saúl había derrotado a la guarnición filistea acarreándose con ello Israel el odio de los filisteos. Entonces la gente se reunió con Saúl en Guilgal.
David no llevaba a Gat ningún hombre o mujer con vida, para que no lo denunciasen por lo que hacía. Y esa fue su forma de actuar durante todo el tiempo que vivió en territorio filisteo.
Por aquellos días, los filisteos reunieron sus tropas para ir a luchar contra Israel. Y Aquís le dijo a David: —Has de saber que tú y tus hombres saldréis conmigo de campaña.