Cuando Saúl volvió de perseguir a los filisteos, le informaron que David estaba en el desierto de Enguedí.
Dijo: El Señor es mi bastión, mi baluarte, mi salvador;
¿Sabes cuándo paren las rebecas o has asistido alguna vez al parto de las ciervas?
los altos montes son de los ciervos, las rocas, refugio de los tejones.
Serán arrojados sus magistrados contra las rocas y sabrán entonces que eran suaves mis palabras.
El malvado acecha al justo y pretende darle muerte.
Me tienden trampas los que desean mi muerte, los que pretenden dañarme me amenazan y pasan el día urdiendo calumnias.
escogió a tres mil israelitas: dos mil estaban con él en Micmás y en la montaña de Betel, y otros mil estaban con Jonatán en Guibeá de Benjamín. Al resto de la gente la envió a sus casas.
Entonces Saúl dejó de perseguir a David y marchó al encuentro de los filisteos. Por esta razón a aquel lugar se le llama «Roca de la separación».
Entonces Saúl se puso en camino y bajó al desierto de Zif con tres mil hombres de lo más selecto de Israel para buscar allí a David.