Al mismo tiempo, todo quedó pulverizado: el hierro con el barro, el bronce, la plata y el oro. Todo quedó como el tamo de la era que el viento arrebata en verano sin dejar rastro. Pero la piedra que había chocado contra la estatua se convirtió en una montaña enorme, que cubrió toda la tierra.
yo haré lo siguiente con vosotros: haré que os visite el terror, la tisis y la fiebre, que consumirán vuestros ojos y atormentarán vuestra vida. Sembraréis en balde, porque vuestros enemigos comerán la cosecha.
Se comerá las crías de tu ganado y las cosechas de tu tierra, hasta arruinarte; no te dejará trigo, ni mosto, ni aceite, ni terneras en las manadas, ni corderos en los rebaños. ¡Te dejará completamente arruinado!
Vino el ángel del Señor y se sentó bajo la encina de Ofrá, que pertenecía a Joás de Abiecer. Su hijo Gedeón estaba desgranando trigo en la bodega para ocultárselo a Madián,