El sacerdote le dijo: —No tengo pan corriente, solo dispongo de pan consagrado, con tal de que tus subordinados se hayan abstenido de trato con mujeres.
Todo será para Aarón y sus hijos, que lo comerán en lugar sagrado; porque, entre lo ofrecido al Señor, es algo muy sagrado que les pertenece por derecho perpetuo.
Tomó también una torta sin levadura, una torta de pan de aceite y un hojaldre del canastillo que estaba ante el Señor conteniendo los panes sin levadura, y colocó todo esto junto con la grasa y con el muslo derecho.
—Tú, vete —replicó el Señor—, porque he sido yo quien ha elegido a ese hombre como instrumento para que anuncie mi nombre a todas las naciones, a sus gobernantes y al pueblo de Israel.
No pongáis dificultades a vuestra mutua entrega, a no ser de común acuerdo y por cierto tiempo con el fin de dedicaros a la oración. Pero luego debéis volver a la vida normal de matrimonio, no sea que, incapaces de guardar continencia, Satanás os arrastre al pecado.