Entonces modificó su aspecto y se hizo el loco ante ellos arañando las puertas y dejando que la baba le chorreara por la barba.
Yo bendigo al Señor en todo momento, su alabanza sin cesar está en mi boca.
La violencia ofusca al sabio y el soborno pervierte la conciencia.
David se preocupó por aquellos comentarios y sintió miedo de Aquís, el rey de Gat.
Aquís dijo a sus criados: —¿No veis que ese hombre está loco? ¿Para qué me lo habéis traído?