Biblia Todo Logo
Referencias Cruzadas

- Anuncios -




1 Samuel 20:3

La Palabra (versión española)

Pero David siguió insistiendo: —Tu padre sabe muy bien que me aprecias y pensará: «Que Jonatán no se entere, para que no se disguste». Pero, te juro por el Señor y por tu vida, que estoy a un paso de la muerte.

Ver Capítulo Copiar

18 Referencias Cruzadas  

Pero Itay le respondió: —¡Por el Señor y por el rey, mi señor! Allí donde esté mi señor, el rey, en vida o muerte, allí estará tu servidor.

Elías dijo a Eliseo: —Quédate aquí, pues el Señor me ha ordenado ir a Betel. Pero Eliseo contestó: —Juro por el Señor y por tu vida que no te abandonaré. Bajaron a Betel

Luego Elías dijo a Eliseo: —Quédate aquí, pues el Señor me ha ordenado ir a Jericó. Pero Eliseo contestó: —Juro por el Señor y por tu vida que no te abandonaré. Fueron a Jericó

Después le dijo Elías: —Quédate aquí, pues el Señor me ha ordenado ir al Jordán. Pero Eliseo contestó: —Juro por el Señor y por tu vida que no te abandonaré. Y se fueron los dos.

Las cadenas de la muerte me cercaban, me alcanzaba la tristeza del abismo, era presa de la angustia y el dolor.

El rey Sedecías hizo un juramento a Jeremías, sin que nadie lo oyera: —¡Por vida del Señor, al que debemos la existencia, que no te mataré ni te entregaré en manos de esos hombres que quieren quitarte la vida!

Si juras sinceramente «por vida del Señor», con derecho y con justicia, las naciones se bendecirán, se alabarán entre sí en el nombre del Señor.

Tu vida estará pendiente de un hilo; tendrás miedo de día y de noche; nunca vivirás seguro.

Al Señor tu Dios respetarás, a él rendirás culto y por su nombre jurarás.

Los hombres, cuando juran, lo hacen por uno superior a ellos y, una vez interpuesto el juramento como garantía, ya no hay más que discutir.

Y Ana le dijo: —Por favor, señor, escúchame. Yo soy la mujer que estuvo aquí, junto a ti, orando al Señor.

Cuando Saúl vio salir a David al encuentro del filisteo, preguntó a Abner, general del ejército: —Abner, ¿de quién es hijo ese muchacho? Abner respondió: —Te juro que no lo sé.

Jonatán le dijo: —¡De ninguna manera! No vas a morir. Mira, mi padre no hace nada, por insignificante que sea, sin contármelo. ¿Por qué habría de ocultarme este asunto? No hay nada de eso.

Jonatán le respondió: —Haré por ti lo que me digas.

Ahora, señor mío, por la vida del Señor y por tu propia vida, es el Señor quien te impide derramar sangre y tomarte la justicia por tu mano. ¡Ojalá sean como Nabal todos tus enemigos y los que buscan la ruina de mi señor!

David se hizo el siguiente razonamiento: —Cualquier día de estos voy a sucumbir a manos de Saúl. Lo mejor que puedo hacer es huir al país de los filisteos. Así Saúl dejará de perseguirme por todo el territorio de Israel y podré escapar de sus manos.




Síguenos en:

Anuncios


Anuncios